Habitación para escribir 1 es un acto fundacional de escritura en formato libre, que aborda las dos dimensiones de la escritura el qué y el cómo. El qué se alimenta del encuentro semanal con una escritora, su vida y su obra, como espejo de nuestra propia historia, bajo los siguientes ejes:
- Yo, palabra, en el que nos acercaremos a Virginia Woolf y a Clara Janés, para reconocernos en la palabra y limpiarla como arcilla fundamental de nuestro oficio.
- Yo, historia, con Alejandra Pizarnik, Violette Leduc, Maya Angelou y Astrid Lindgren, con las que veremos espejo y sombra de nuestra propia historia como insumo relevante de nuestros relatos.
Del cómo abordaremos en este primer ciclo, el universo humano de nuestros relatos, deteniéndonos de especial manera en la concepción de los personajes, para entrar a conceptos de la técnica básica de la escritura: narradores, personajes, tonos modales, punto de vista, velocidad, ritmo, entre otros.
De los relatos que surjan del taller se espera que estén colmados de voz propia, de honestidad desgarradora, que sean testimonio directo de vidas que renuncian al olvido, algunos como una suerte de exorcismo memorioso para comprender, honrar o soltar, otros como búsqueda y encuentro de verdades, provocadores y fundacionales en el oficio de escribir.

El relato sin formato permite encontrar mayor libertad en la exploración de formas narrativas y
que permitan el encuentro genuino con la voz propia, en un ejercicio fundacional de escritura. Una habitación para escribir como taller de escritura creativa femenina, tendrá doce encuentros presenciales de tres horas cada uno, en los que abordaremos las dos dimensiones de la escritura: el qué escribimos y el cómo escribimos.
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En la dimensión del qué nos encontraremos cada sesión con escritoras que a través de su vida y obra, nos aportarán como espejos femeninos y de oficio, elementos fundamentales para la escritura, a la vez que daremos espacio al reconocimiento de la voz propia y de la historia personal como fuente poderosa de inicio narrativo. Realizaremos ejercicios de escritura en caliente en cada encuentro.
En la dimensión del cómo nos centraremos en la construcción de personajes, su universo emotivo y estructuración de hechos para dar paso a decisiones como narradores y punto de vista.
Cada una y cada uno de los asistentes desarrollará su propio proyecto de escritura con un acompañamiento de dos horas particulares y retroalimentación vía correo electrónico.

Mujeres que sientan el deseo de escribir y estén dispuestas a asumir el compromiso y el trabajo de generación de relatos en casa.
Hombres que deseen conocer la maravillosa producción literaria escrita por mujeres, sus puntos de vista y narrativas, que sientan el deseo de escribir y estén dispuestos a asumir el compromiso y el trabajo de generación de relatos en casa.

Se requiere compromiso con el proceso; disponibilidad de tiempo para lecturas y producción de textos, y cumplimiento de cronogramas de entregas.
Por ser un espacio de narrativas personales, el Taller de Habitación para escribir, es un espacio de contención que promueve el vínculo desde la sororidad, la fraternidad, el no juzgamiento y la crianza en reciprocidad.

• Incentivar en los y las participantes la creación de un espacio-tiempo propio para la
escritura.
• Observar la propia vida como materia prima literaria.
• Identificar las resistencias al ejercicio de la escritura y proponer herramientas para
sortearlas.
• Acompañar a las participantes en el encuentro de su propia voz y en el desarrollo de un
proyecto de escritura producto del taller.
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• Brindar elementos biográficos, lecturas y bibliografía de las mujeres escritoras previstas en
los temarios.
• Desarrollar capacidades de observación y de narrativa oral.
• Llevar una bitácora literaria del taller con reseñas de las lecturas, epifanías, frases, hallazgos, anotaciones, como ejercicio diario de escritura.
• Recopilar la producción escrita de historias de vida de las y los participantes.

- 3 módulos de 6 encuentros cada uno
- Intensidad horaria: 36 horas presenciales
- 2 horas de asistencia personalizada
- 72 horas de dedicación en casa.
Te contamos la experiencia
Habitación para escribir significó un punto de quiebre en mi forma de abordar la escritura: Pasar de la inquietud al oficio, habilitar la palabra como expresión y motor creador, que empieza rescatando la propia voz para algún día forjarse como voz de otros; contar con Vera es un lujo, pues logra combinar con maestría la lectura como acto provocador, dibuja en la mente imágenes distintas sobre el ser mujer y a mí me ha permitido encontrar nuevos visos de la identidad femenina, que va hilando con respeto y coherencia durante todo el taller. El espacio de encuentro con otras aprendices de escritura es magnífico, desde una visión que trasciende el academicismo para centrarse en las mujeres que somos, que tenemos historias que contar, y que nos acompañamos en el proceso. Espero que muchas puedan vivir este camino, que para mí ha sido revelador.
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Conoce más acerca de las experiencias en el taller Una habitación para escribir en sus niveles iniciales y el círculo de producción literaria.

Vera Carvajal
Nació en 1972 en Cali, Colombia. Es periodista digital, tallerista y escritora. Desde 2005 escribe en el blog colectivo Tierra de Maíz y en revistas culturales de Colombia y Perú, países donde ha puesto su corazón en los últimos años.
Mamá, viajera, mujer andina y creyente del poder de la palabra y de la urgencia de paz en su país. Le gustan los ocasos de color vainilla, el maíz y las estrellas, en especial la constelación del Joyero, también conocida como NGC 4755.
Publicaciones de la autora:
- Días de Cosecha (2009)
- Días de Guerra (2011)
- Amores calatos (2013)
- Érase una mujer (2015)
Hace ya más de 25 años fui al único taller de escritura. Lo dirigía un escritor caleño de reconocimiento por aquel entonces. Presenté mis escritos y palabras como barroco, bodrio y espantoso estuvieron en la boca del maestro y en la risa cómplice de mis compañeros. Había llevado un escrito sobre el asesinato de un curandero mayor de los nasas en Miranda, Cauca.
Yo sentía la urgencia de contar la guerra que para mí era tan concreta como el pan nuestro
de cada día. Pero el tema de él era otro, la salsa, los barrios de Cali, lo urbano y lo marginal.
Yo, que no estaba bien parada, quedé devastada. Uno tiende a creerle más de lo debido a los maestros, a verse a través de sus palabras y sus conceptos que entre más lapidatorios más se nos adhieren a los miedos. Tal vez a otras personas les resultaba estimulante su estilo, para mí, significó al menos 15 años de no escritura.
La casi totalidad de las relaciones humanas han sido permeadas por la lógica castrense, hasta el amor. Y la educación, la academia, han sido herederas por excelencia de estas lógicas, pues se teme que el cariño forme débiles, mediocres, perezosos. Somos hijos del castigo, la punición y el estoicismo. Que la letra con sangre entra, grita la condena.
2017 fue un año en el que se concretó una vieja inquietud que cargaba desde hace ya algún tiempo: la necesidad de generar un espacio en el que se fusionara la escritura desde la crianza, desde la alegría creativa y ya no más desde la forja dolorosa y desde la agonía; en el que se abordara la obra invisibilizada de escritoras y en el que las mujeres que habían aplazado su deseo de escribir, pudieran construir el espacio-tiempo para hacerlo, con la convicción que la palabra es su derecho. Ese es el espíritu que abriga Habitación para escribir.